Desde que se conoció que el Fútbol Club Barcelona realizó pagos durante más de dos décadas al entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, se ha extendido un discurso en redes sociales, tertulias y ciertos medios que intenta justificar o relativizar el caso con un argumento recurrente: que los expresidentes del CTA han tenido tradicionalmente un pasado “madridista”. Sin embargo, basta una revisión mínima de los datos históricos para comprobar que esa afirmación no se sostiene. Se trata, en realidad, de un bulo repetido sin base factual que ha encontrado eco en el actual clima de polarización futbolística.
Antes de entrar en los hechos, conviene aclarar algo fundamental. Que un presidente o miembro del CTA haya tenido alguna relación previa con un club de fútbol no constituye ningún problema institucional, siempre que no mantenga vínculos económicos o intereses activos con esa entidad — o con cualquier otro club — durante su etapa en el comité. El verdadero conflicto, como en el caso Negreira, surge cuando existe una relación económica directa entre un club y un responsable arbitral en activo, algo que pone en entredicho la independencia del estamento arbitral y la credibilidad de la competición.

Durante la primera mitad del siglo XX era relativamente habitual que los dirigentes arbitrales tuvieran un pasado como futbolistas o empleados en clubes. El fútbol español era entonces un entorno mucho más reducido, con fronteras difusas entre jugadores, árbitros y directivos. Sin embargo, a medida que el fútbol se profesionalizó y la estructura federativa se consolidó, este tipo de vínculos se volvió cada vez más infrecuente.
Desde mediados del siglo pasado, ningún presidente del CTA ha tenido vínculos con el Real Madrid. De hecho, hace más de 70 años que no hay un solo presidente del comité con pasado madridista. Los pocos casos que existieron se remontan a épocas en las que el club blanco atravesaba sus peores años deportivos, muy lejos de la hegemonía que alcanzaría a partir de mediados de los años cincuenta.
El último presidente del CTA vinculado al Real Madrid fue Eulogio Aranguren, en 1953. Aranguren, exjugador del club blanco, desarrolló posteriormente una trayectoria federativa sin polémicas. Antes de él, encontramos a otros presidentes con pasado madridista, como Arturo López Espinosa, Luis Saura o Emilio Suárez Marcelo, pero durante sus respectivas presidencias fue el Barcelona quien conquistó más títulos que el Real Madrid.Conviene recordar que, entre 1939 y 1953, el conjunto blanco solo ganó dos Copas y ninguna Liga.
El último caso en el que el Real Madrid obtuvo más títulos que el Barça bajo un presidente del CTA con pasado madridista fue durante la Segunda República (1931-1936), con Antonio Cárcer al frente del comité. Aun así, el contexto histórico y deportivo era muy distinto, anterior a la profesionalización del arbitraje y al posterior dominio europeo del club blanco.
El popular youtuber e investigador Kollins elaboró recientemente una tabla con el historial completo de los presidentes del CTA, sus posibles afiliaciones previas y los títulos obtenidos por Real Madrid y Barcelona durante sus mandatos. Bajo presidentes del CTA con pasado madridista, el Real Madrid ganó únicamente seis títulos. En esos mismos años, el Barça conquistó más del doble, alcanzando trece trofeos.
Como hemos podido comprobar, el último presidente del CTA con pasado madridista ocupó el cargo en 1953.
Periodo: 1917-1949

Periodo: 1949 - 1973

Periodo 1973-2021

El mito del “CTA madridista” no resiste el más mínimo análisis histórico. Se trata de un relato interesado que busca diluir responsabilidades y desviar la atención del verdadero escándalo: los pagos documentados de un club a un alto cargo arbitral en activo. Es en 1953 la última vez que un presidente del CTA tuvo un pasado en el club blanco, y hay que remontarse hasta la Segunda República para encontrar un periodo en el que el Real Madrid ganó más títulos que el Barça bajo la presidencia de un dirigente con pasado madridista.
Otro de los bulos más extendidos es el que relaciona a José Plaza con el Real Madrid a través del Plus Ultra, club que años después se convertiría en su filial. Sin embargo, los hechos desmienten esa conexión: Plaza jugó en el Plus Ultra varios años antes de que existiera cualquier vínculo con el conjunto blanco. El primer convenio de colaboración entre el Real Madrid y el Plus Ultra se firmó en 1947; para entonces, Plaza ya era árbitro en activo, y su último equipo como jugador había sido el Atlético Aviación (actual Atlético de Madrid). Por tanto, su paso por el Plus Ultra se produjo mucho antes de la relación entre ambos clubes.
Los hechos son claros: ni existe una historia de presidentes madridistas en el CTA, ni hay evidencia de trato de favor hacia el club blanco. Lo demás, como tantas veces ocurre en el fútbol, pertenece al terreno del relato. Lo que sí está comprobado es que un club pagó durante al menos 17 años al vicepresidente de los árbitros.